El fúbol

“Métela Conchetumadre”,
le gritaba a coro la tribuna.
No solo erró el penal,
esa tarde murió su madre,
mientras su hijo perdía goles,
y recibía insultos de la afición.

“Tócala ueon malo”,
no solo no la toco,
mandó el balón a la redes
y no celebro la conquista.

El grito de gol ahogo el sueño,
el sueño de levantar la copa
de quien fue puntero durante 10 meses,
para llegar a la fecha final y perder la punta
y así la corona.
Perdieron contra el colista,
que a la vez se mantenía en primera división.

El fúbol debe ser el deporte más democrático del mundo,
hasta el más pelotudo tiene opinión,
no hay lógica y la historia no pisa el campo de juego.

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