Sonrisas de hielo

Las sonrisas escasean en la ciudad,
sobre todo con estos fríos,
grados más, grados menos
ya nadie ríe.

Pero como toda regla,
tenemos sus excepciones,
al caminar por santiago,
entramos en el bar,
y los borrachos ríen y sonríen,
se pelean y brindan,
pero por sobre todas las cosas ríen.

Seguimos caminando,
y las hetairas,
ay las hetairas señor,
con poca ropa,
tentando al demonio,
ese que llevamos dentro,
empujándonos a caer al infierno,
que llevamos dentro,
llevan una vida de mierda,
pero ríen,
coquetas ríen y sonríen.

Al terminar la borrachera,
la fría borrachera nocturna,
nos encontramos con un calle,
puede ser un personaje de Hamsun,
pero la vida no es una novela nórdica,
y este caminante libre,
que camina por la vereda contraria
de lo moralmente correcto,
ríe con su tinto en la mano,
ríe y sonríe en medio del frío real,
y ya no siente frío porque tiene vino,
y si tiene vino nos ríe y sonríe.

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